jueves, 16 de septiembre de 2010

¿Las personas optimistas son mejores trabajadores?

Xavier Molins
Director de participadas de Ciments Molins
Miembro del Grup Millora Contínua

Rotundamente sí, es como si nos preguntásemos: ¿las personas optimistas son más felices?, ¿las personas felices son más eficaces?, ¿las personas eficaces obtienen mejores rendimientos?. La respuesta es tan contundente y tan clara, que la podemos analizar desde cualquier punto de vista. Tanto a nivel personal como profesional, el optimismo es una cualidad de nuestra forma de ser que sólo tiene beneficios para nosotros mismos y para los que nos rodean.

Más beneficios. A nivel personal, encarar la actividad a la que le dedicamos la mayor parte de nuestra vida con optimismo, nos producirá más beneficios que otra cosa. Enfrentarse a la vida profesional, después de años de formación y de ir mejorando nuestras capacidades, con ilusión y con la sensación de que estamos capacitados para superar los obstáculos que se nos presenten en el trabajo, nos sitúa con una autoestima que nos hará más capaces. Al mismo tiempo que generará confianza a nuestros compañeros de trabajo y creará un clima de trabajo más relajado. El optimismo está relacionado por un lado con nuestro estado de ánimo, y por otro nos predispone a superar los problemas que se nos van presentado en nuestro día a día, tanto personal como familiar y profesional.

Un vaso medio vacío. Ver un vaso de agua que esta justo por la mitad y que uno lo vea medio vacío y otro lo vea medio lleno, nos predispone a situaciones muy diferentes ante la misma realidad. Esta situación llevada al mundo de la Empresa sería, por ejemplo, que el pesimista cuando prepara el presupuesto del próximo año se imagina un mercado que se derrumba por los efectos del tripartito, que los tipos de interés se incrementarán por la política monetaria europea y los costes energéticos se doblan con efecto de la situación en Irak. ¿Con qué ánimo prepara las campañas en TV, si es un publicista?, ¿cómo prepara las estrategias de negociación de las condiciones bancarias, si es un financiero? ó ¿la logística de abastecimientos, si es un ingeniero de procesos?

Un vaso medio lleno. Una persona optimista, ante la misma situación, realizará un presupuesto concentrándose en sus capacidades para mejorar las ventas, disminuir los costes financieros ó mejorar la logística, atendiendo a los factores que puede mejorar porque tiene aptitud para ello, y porque está en su mano incidir en ellos. Al final, ver el vaso que está por la mitad como un vaso medio lleno, seguro que repercute en que las personas que así lo perciban, ya que seguramente serán mejores trabajadores.

Joaquim Guilera
Director Comercial de Kadion Especialidades Químicas
Miembro del Grup Millora Contínua

El optimismo se define como una disposición de espíritu que predispone a quienes la poseen, a ver y a juzgar las cosas bajo su aspecto más favorable. Por contraposición, el pesimismo lleva a juzgar y a ver las cosas bajo su aspecto menos favorable.

La visión de las cosas condiciona nuestra actitud ante el trabajo. Así pues, el optimismo y el pesimismo son rasgos de carácter o estados de ánimo que afectan a nuestro modo de ver el mundo. Lógicamente, nuestra capacidad de ver las cosas más o menos favorables condicionará el modo en que nos enfrentamos a nuestro trabajo. Al analizar la influencia de un determinado modo de ver el mundo en el trabajo, y dada la infinita diversidad de trabajos a los que podemos estar refiriéndonos, no tendremos más remedio que hacer una generalización que, como todas ellas, será parcial.

Cada trabajo exige una actitud diferente. Existen trabajos para los que un cierto análisis conservador, cauto, incluso pesimista, es lo indicado. También es seguro que hay trabajos mecánicos en los que el juicio de quién lo realiza es poco relevante, pero en todos aquellos trabajos, y quiero pensar que son mayoría, en los que se espera de las personas que los desempeñan una visión positiva del mundo, es evidente de que el optimismo, es decir la capacidad de juzgar las cosas en su aspecto más favorable, es el mejor escenario.

El optimista actúa más que el pesimista. Por otro lado, el optimismo es más abierto, más creativo, más imaginativo, más emprendedor. El optimismo está más orientado a la acción mientras que el pesimismo suele llevar asociados comportamientos más estáticos. Cuando se juzga que algo es posible, se intenta realizar o conseguir, cuando juzgamos en negativo nuestras decisiones pueden ser más cautas o incluso inexistentes. Una vez más, en el trabajo es siempre mejor hacer y decidir, aunque en ocasiones conduzca al error, que no actuar. Creo pues, que el optimismo proporciona más herramientas para enfrentarse a la realización de las tareas y a la superación de los retos que definimos como trabajo.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Las matemáticas dan dinero

Julie Stav Inc.


Según la Asociación Nacional de Colleges y Empleadores (NACE), las carreras universitarias que tienen más posibilidades de dar a sus graduados sueldos más elevados están relacionadas con las matemáticas.

Descubre qué títulos profesionales te acercan más a un buen salario.


Tecnología y matemáticas

Como los campos de tecnología son los que están a la cabeza en cuanto a salarios y ofertas, los estudiantes que se gradúen con mejores notas en especialidades relacionadas a esa materia son los que van a tener más éxito a la hora de conseguir los trabajos más remunerados en los próximos años, especialmente en empresas de primera línea tan diversas como Lockheed Martin, Northrop Grumman, Microsoft o Johnson & Johnson, entre otras. En especial, los graduados de ingeniería obtendrán del 12 al 15 por ciento de los empleos mejor pagados, según datos ofrecidos por la NACE.

Vivimos en un mundo tecnológico y no hay dudas de que la demanda por esos conocimientos y habilidades seguirá creciendo. Según estos datos, la ingeniería del petróleo es la mejor pagada, debido a la escasez creciente del producto y los proyectos de nuevas exploraciones.

En la lista de los 15 títulos que recibirán mejores salarios, solo tres caen fuera del campo de la ingeniería, pero todos requieren conocimientos de matemáticas: ciencias de computación con especialización en software, ciencias actuariales (que gradúan a peritos en operaciones de las grandes aseguradoras) y administración de la construcción.

Parte también de la causa de esta demanda es que en los colleges y universidades solo el 4 por ciento de los graduados sale con títulos de ingeniería y ciencias de computación, mientras que un alto porcentaje obtiene títulos de ciencias sociales, historia, lenguas y comunicaciones, razón por la que estas carreras, como promedio, recibirán salarios más bajos: aproximadamente $29 mil para trabajadores sociales y $35 mil para graduados de lenguas extranjeras y comunicaciones.

Los 15 títulos mejor pagados

1. Ingeniería del petróleo $83,121
2. Ingeniería química $64,902
3. Ingeniería de minas $64,404
4. Ingeniería de computación $61,738
5. Ciencias de computación $61,407
6. Ingeniería eléctrica $60,125
7. Ingeniería mecánica $58,766
8. Ingeniería industrial $58,358
9. Ingeniería de sistemas $57,438
10. Tecnología de ingeniería $56,447
11. Ciencias actuariales $56,320
12. Ingeniería aeronáutica $56,311
13. Ingeniería agrícola $54,352
14. Ingeniería biomédica $54,158
15. Administración de la construcción $53,199

domingo, 5 de septiembre de 2010

Guía para gestionar tu email con eficacia

Gestionar el correo electrónico es una de las actividades diarias fijas a las que más tiempo dedicamos y donde deberíamos esforzarnos en ser ágiles, eficaces y productivos. Sin embargo, rara vez es así. No desarrollamos unas sólidas costumbres a la hora de responder a nuestros correos y sobre todo no calibramos el impacto que tienen nuestros malos hábitos de correo en nuestra Productividad diaria.

Es sorprendente comprobar, al cabo del día, la cantidad de tiempo que le dedicamos al correo electrónico. ¿De verdad lo estamos haciendo bien? ¿Podríamos reducir ese tiempo y tener un flujo de trabajo más óptimo y eficaz? Seguramente sí, casi todos podríamos mejorar.

Ahí van algunas de las recetas que mejor me han funcionado a la hora de gestionar el correo de un modo productivo. Recuerda que generalmente el “éxito” verdadero en estas cosas reside en la mejorar poco a poco los pequeñas detalles.

Fija horas determinadas para revisar/leer/procesar
Tanto si recibes muchos mensajes al día como si no, una buena medida es fijarte momentos concretos para revisar y leer el tu email —a mí me gusta decir “procesar—. Y más importante que fijar esos momentos, es no saltártelos ni alterarlos. Porque ir a ver si me ha entrado un mensaje de correo es una de las actividades favoritas de la distracción. (Ya no hablo de los notificadores, una bomba de relojería para nuestra Productividad.)

Si recibes pocos mensajes puedes procesar tu email al comienzo del día y a última hora de la tarde, antes de empezar tu descanso al final del día. Y si tienes un volumen mayor de correo por ejemplo puedes revisar al principio y al final de la mañana, a media tarde y a última hora. Concíbelas como “reuniones” diarias que tienes a una hora determinada y que “no te puedes/debes saltar”.

Recuerda, revisar tu correo “una y otra vez” es improductivo, no conduce a nada y rompe cada dos por tres tu ritmo de trabajo.
Clasifica automáticamente con reglas o filtros
Todas las aplicaciones de correo, tanto de escritorio como web, ofrecen la posibilidad de clasificar automáticamente el correo entrante en función del destinatario o asunto, entre otros muchos criterios.

Un alto porcentaje de nuestros correos son “previsibles”: notificaciones de una red social, boletines o newsletters, publicidad que hemos autorizado, compañeros de trabajo o nuestro jefe, etc. Deja que tu aplicación de correo adelante trabajo por ti clasificando en carpetas o con etiquetas esos correos. Es sorprendente el tiempo que llegarás a ahorrar.

Recuerda, revisar tu correo “una y otra vez” es improductivo, no conduce a nada y rompe cada dos por tres tu ritmo de trabajo.
Vacía por completo tu Buzón de Entrada
Cuando vayas a procesar tus mensajes, en los momentos que tú decidas, hazlo hasta completarlos todos. No dejes ningún mensaje suelto sin revisar en tu Buzón de Entrada. Por el motivo que sea —pereza generalmente o porque requiere una acción— dejamos uno o dos mensajes sueltos “para revisar más tarde”. Piensa que luego van a seguir estando ahí, “molestando” y que tarde o temprano tendrás que atenderlos. Hazlo ahora que puedes, procesa y vacía por completo tu Buzón de Entrada.

Utiliza las 3 carpetas comodín
(Ojo, utiliza esto en la medida en que lo necesites. No se trata de complicar tu flujo sino de mejorarlo.)

Si necesitas un pequeño sistema de organización dentro de tu correo puedes utilizar 3 carpetas “comodín” que te ayudarán a clasificar los mensajes según su estado. (Aunque estos nombres pueden guardan similitud con el GTD no están relacionados, al menos directamente. Puedes ponerles —por supuesto— los nombres que prefieras.)
• @Acción. Son mensajes que tengo que contestar, reenviar o atender y que requieren de mi algo, una acción: buscar una información, adjuntar un documento que tengo que terminar, etc.

• @Espera. Correos importantes sobre los que tendrás que volver próximamente que “esperan” algo de otra persona: unas cifras, un documento, etc.
• @Archivo. Todo aquello que ya se ha completado, que has revisado y que quieres almacenar para futuras referencias o consultas. (Hay gente que lo manda directamente a la Papelera, tú decides.)

• @Importante. Adicionalmente, si lo ves conveniente, puedes crear una carpeta “especial” donde alojar correos verdaderamente vitales que tienes que atender. (En Gmail por ejemplo existe ya la carpeta “Destacados”.)
Utiliza la técnica del “escáner humano”
Es una técnica que personalmente aplico también a la lectura de feeds. Primero hago una lectura MUY rápida de los destinatarios y los asuntos de los correos para ver si de verdad hay algo urgente. Pero tiene que ser una lectura rapidísima.

Luego vuelvo al comienzo de la lista y comienzo a leer los mensajes para ordenar todo aquello que no se ha organizado automáticamente mediante filtros y las reglas y que por fuerza he de hacer a mano.

¿Puedo contestarlo en un minuto?
Si encuentras un mensaje que puedes contestar en un minuto, hazlo, justo en ese momento y “quítatelo de encima”. Si requiere una contestación más reposada o que busque información complementaria, envíalo a @Acción y si requiere la intervención de otra persona lo puedes enviar a @Espera. Si ya lo has leído y no has de hacer nada con él o la tarea o el asunto está terminados, puedes guardarlo en @Archivo.
Sé sucinto en tus contestaciones, emplea pocas frases pero que sean directas, que vayan al grano.

Si las necesitas, utiliza respuestas prediseñadas
Es posible que por tu trabajo o por un tipo determinado de mensajes —consultas de soporte técnico, mensajes del formulario de contacto— te encuentres a ti mismo contestando una y otra vez lo mismo. Puedes utilizar párrafos o textos prediseñados para agilizar esas respuestas.

Ojo, no me refiero enviar a todas las personas el mismo mensaje, sino que en muchas ocasiones buena parte del mensaje se repite una y otra vez (generalmente el saludo y la despedida). Utiliza las respuestas prediseñadas y gana un tiempo precioso que puedes dedicar a leer otros mensajes u otras tareas.

Guarda las búsquedas como “inteligentes”
Una de las actividades que más repetimos con el correo electrónico es volver sobre mensajes antiguos para buscar algo. Si detectas que una búsqueda se repite con mucha frecuencia, guarda esa búsqueda como “búsqueda inteligente”. La mayoría de las aplicaciones ofrecen esa posibilidad. Es muy cómodo y te ahorrará tiempo.

Emplea respuestas cortas y directas
Es algo que muchos tendemos a olvidar con facilidad. Y tiene mucho que ver con el valor que le otorgamos a nuestro tiempo pero sobre todo al de la otra persona. Si de verdad lo valoras, sé sucinto en tus contestaciones, emplea pocas frases pero que sean directas, que vayan al grano. En la medida que puedas/debas, claro.
Es un ejercicio que cuesta, que hay que practicar, pero que poco a poco verás que funciona y que te ayudará a procesar el correo con mayor agilidad. Te “atrancarás” menos con cada correo.

Sé preciso en tus contestaciones
Muchas veces nuestras contestaciones son tan vagas o imprecisas que obligamos a la otra persona a enviarnos un nuevo correo aclarando o preguntando o pidiendo. De modo que lo que seguramente se podía solucionar con un simple correo se convierte en tres o cuatro. ¿Realmente estoy contestando a esa persona? ¿Le estoy dando toda la información que me pide? Se efectivo y ciérrale la puerta a la llegada de más mensajes.

Recuerda, gestionar el correo electrónico es una parte muy importante de tu trabajo y vida personal, por el tiempo, atención y energía que requiere.
Cuida la composición del “Asunto” del mensaje
Generalmente prestamos poca atención a este detalle y en más de una ocasión resulta determinante si estamos buscando una rápida respuesta. Al igual que las dos reglas —consejos— anteriores, trata de que el asunto sea directo, breve y muy preciso. Ello ayudará a la otra persona a identificarlo y tratarlo en su justa medida.
Del mismo modo, si vas a enviar una broma o una curiosidad sin importancia, no emplees frases o mayúsculas que obliguen a la otra persona a priorizarlo por encima de otros correos más importantes. Sé respetuoso con el tiempo de la otra persona.
Remarca con un filtro los mensajes enviados sólo a ti
No es lo mismo un mensaje que alguien te envía directamente y solo a ti que otro en el que estás copiado junto a más personas. Puede ser una idea filtrarlo y remarcarlo mediante alguna regla en tu aplicación de correo. Eso te ayudará a detectar rápidamente aquellos mensajes para los que su respuesta depende sólo de ti.

Revisa tu flujo, perfecciona tus hábitos

Recuerda, gestionar el correo electrónico es una parte muy importante de tu trabajo y vida personal, por el tiempo, atención y energía que requiere. Y para determinadas personas se trata de una actividad fundamental. Es por ello que debamos desarrollar unos sólidos hábitos, corregir los errores, implementar nuevas soluciones, probar un nuevo software o ensayar algún nuevo método en busca de la permanente mejor. Y todo ello sólo se consigue con la revisión constante: ¿realmente me está funcionando? ¿qué problemas he encontrado? ¿dónde estoy fallando y qué debo cambiar?