jueves, 19 de agosto de 2010

Toma de decisiones: por qué más es menos

En el programa de Redes 2.0 entrevistan al psicólogo Barry Schwartz para hablar de la toma de decisiones en la sociedad actual de consumo.

El autor explica como hoy vivimos en una sociedad con un sin fin de opciones. La posibilidad de poder elegir es tan amplia que nos puede llevar al estrés y a la insatisfacción. Sólo hay que ir a un centro comercial un sábado. Bullicio, tiendas, ofertas, rebajas, todo tipo de ropa, colores, tamaños… Al final eliges la camisa, te la pruebas, te gusta, está bien de precio y te la llevas. Pero, ¿has tomado la mejor opción?¿podría existir una mejor opción dentro del centro comercial?¿y en el resto de centros comerciales?

Ante esta situación Schwartz añade que esta explosión de alternativas es completamente nueva. Él afirma que nos complicando la vida sin mucha necesidad. Hay que buscar un proceso de simplificación y que cuando tienes demasiadas opciones tienes el peligro de arrepentirte. El autor divide a su vez a las personas en:

* Satisfactoras, si lo consideran suficientemente bueno lo eligen.
* Maximizadoras, no se conforman con algo bueno, quieren lo mejor.

Cuando tienes demasiadas opciones surge el peligro de arrepentirte. El arrepentimiento genera una mala decisión. Pedir el plato en el restaurante entre 50 platos diferentes puede dar lugar a pensar que has perdido la opción de elegir otro de los 49 existentes que están estupendos. Si al comer el plato se sigue pensando en los 49 posibles no estas en buena situación. Sin embargo, si el restaurante sólo tuviera 3 platos y decididamente hubieses elegido el que más te gustaba, el disfrutar de la comida hubiera sido diferente.

Según el autor, cada decisión que tomamos supone un sacrificio. Tras decidir tenemos segundos pensamientos, el arrepentimiento. Elegir supone renunciar a otras cosas.

La toma de decisiones siempre ha sido un tema que me ha atraído. En mi experiencia, yo he notado que si tengo demasiado de algo o se me acumula, me puedo sentir agobiado y que me condiciona la toma de decisión posterior. Así cuando acumulaba libros sin leer, la posibilidad de comprar un libro nuevo no me atraía y condicionaba el leer cosas nuevas e interesantes. Sin embargo nunca ha supuesto un sacrificio o un arrepentimiento. Supuso ordenar, clarificar, clasificar y agrupar los libros para conocer lo que tengo y en que áreas puedo seguir desarrollándome.

Igualmente me resulta difícil clasificar como maximizador o satisfactor a una persona, yo mismo puedo ser los dos en diferentes momento del día. Estas etiquetas no me permiten elegir mejor.

La simplicidad de elección es una posibilidad “por qué más es menos”, y una posibilidad muy útil. Pero existen más. Podemos aprender a atender a más cosas y tenerlas en cuenta para la toma de decisiones. Y quizás, lo más importante es que al elegir una de ellas tiene doble valor: que tienes una cosa (una camisa, por ejemplo) y que para elegirla has tenido que eliminar muchas otras por diferentes motivos y sólo se ha quedado la mejor.

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