martes, 8 de junio de 2010

Cómo hablar con alguien insoportable

14 de abril de 2010, 16h57



Cómo hablar con alguien insoportable



Por Christopher Steiner y Olivia Fox Cabane







Cómo tratar con los fantasmas, los groseros y otros personajes en el trabajo

El jefe de Matthew era inepto y absolutamente irritante. Para empezar una conversación, el tipo se plantaba y preguntaba si algo que había pedido estaba listo. Y luego se reía. Para empeorar las cosas, Matthew, que era director de programas en una empresa de software, tenía que pasar delante de su jefe varias veces al cabo del día: la receta ideal para la incomodidad, cuando no un conflicto directo.



Matthew era cliente del Dr. Srini Pillay, un catedrático de Harvard y director ejecutivo de la consultoría Neurobusinessgroup, una empresa que aprovecha los conocimientos de la neurociencia para mejorar la comunicación dentro de las organizaciones. Pillay le ofreció dos técnicas de supervivencia para evitar la confrontación y aliviar el sufrimiento de Matthew.



Ataques preventivos

La primera de ellas es una especie de "ataque preventivo", que consiste en lanzar elogios inofensivos en el momento oportuno. Así, por ejemplo, Matthew tenía que comentar "Bonitos zapatos, Bill", o "Gracias por el informe, Bill, me ha resultado muy útil". Si difundir tanta dulzura y tanta luz a su alrededor se volvía demasiado cansado, Matthew tendría que buscar a otra persona u otro tema sobre el que los dos pudieran estar de acuerdo: deportes, música, gastronomía o, incluso, política.



"Matthew pudo detener a su jefe en seco y distraerlo lo suficiente como para no tener que escuchar lo que decía -explica Pillay-. Sin estas estrategias, no habría durado mucho tiempo en la empresa." Lo mejor es aceptarlo: hay gente que es, sencillamente, insoportable. Con algo de suerte podemos evitarlos, pero no siempre es posible. Así que, ¿qué podemos hacer si no hay escapatoria?



La supervivencia es el objetivo

Según explica el Dr. Richard Pomerance, psicoterapeuta que ha aconsejado a ejecutivos de Harvard, Cisco y American Express sobre cómo tratar a personas con un carácter difícil, explica: "Hay que comportarse como si estuviéramos tratando con una serpiente venenosa. La supervivencia es el objetivo prioritario".



Pero el trabajo no es lo único que peligra: según Redford Williams, catedrático de psiquiatría del Duke University Medical Center, "enfadarse es como tomar una dosis pequeña de un veneno de acción lenta". Williams lleva más de 20 años estudiando el efecto de la mente y las emociones en la salud. Su conclusión es que la ira provoca hipertensión, daños en las arterias y que las células grasas con colesterol entren en el flujo sanguíneo.



Siempre teniendo como prioridad la supervivencia, aquí ofrecemos algunas estrategias demostradas para tratar con la gente que no soportamos.



Déjelos hacer lo que quieran (aunque solo sea un poco)

Lo último que necesita de una de esas personas a las que les gusta citar a toda la gente que conocen es un informe completo de sus últimas conquistas.



Una forma de lidiar con este tipo de personas, según Christopher Groscurth, consultor y formador de la universidad de Michigan, con un doctorado en comunicación interpersonal, es pasar del simple cotilleo a los objetivos palpables e intentar averiguar en qué medida tanto contacto puede servirnos a nuestros fines.



Esto es precisamente lo que hizo Groscurth con uno de sus colegas especialmente cargante: "En definitiva, él consiguió lo que quería, espacio para hablar de sí mismo, pero al mismo tiempo me ahorró su tono indulgente", explica.



Un masaje en la zona dolorida

La gente que es desagradable suele serlo por algún motivo: inseguridad, el síndrome del victimismo, egoísmo en general, ... la lista es interminable. En muchos casos no hace falta tener un título en psicología para acertar con el problema. Las personas inseguras suelen ser las más fáciles de detectar.



Una característica clásica es que en cuanto los cuestionan se vuelven idiotas. No podemos vivir temiendo esos momentos en los que se vienen abajo, pero podemos suavizarlos si intentamos mimar un poco el ego de esa persona en los pocos momentos en los que hacen algo bien. Quizás sea una elección deshonesta y desagradable, pero merece la pena.



El lado positivo

Seguro que esa persona insoportable tiene alguna cualidad positiva. La Dra. Kathleen Hall, directora ejecutiva de The Stress Institute, una empresa de consultoría sobre salud mental que colabora con empresas y organizaciones sin ánimo de lucro, recomienda buscar esa característica y centrarse en ella durante toda la conversación, aunque sea solamente un rasgo físico o una prenda de ropa.



"Por ejemplo, si hablamos con alguien que es realmente grosero, pero tiene un pelo bonito, tendríamos que pensar en su bonito pelo, sonreír, decir lo que tenemos que decirle y seguir con nuestras cosas", explica.



Que mantengan el tipo

El pesado insistente no se retracta aunque (los dos saben que) su argumento está a medio camino entre el engaño y el ridículo. Pedirle que se "replantee su posición", dando a entender que se ha equivocado, es buscarse un problema. En su lugar, lo que tendríamos que hacer es presentar un nuevo dilema, basado en datos nuevos, y pedirle que tome una decisión. De este modo, puede mantener el tipo sin tener que reconocer su error.



Una vía de escape rápida

Siempre que inicie una de estas conversaciones necesitará un plan de escape. Por eso, debe saber cuál es su objetivo durante la conversación y tener una estrategia de salida para cuando haya finalizado la misión. "Estoy esperando una llamada importante" o "Voy a ver si pillo a un cliente antes de que se vayan" son buenas alternativas.



También hay que prever las contingencias, explica Vlad Zachary, fundador de CareerConceptZ.com, que ofrece recursos y estrategias para las entrevistas de trabajo: "Hay que estar listo para saber cuándo hay que abandonar y dedicarse a algo más apetecible... O al menos, más fácil de soportar".

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